
Las grandes inversiones
tecnológicas realizadas por
las plantas de producción de
energía unidas a consumos estables a largo plazo de
biomasa
local, propician que se pueda
acometer la compra de la
maquinaria forestal específica
para el procesado de la biomasa
a extraer de los montes y, sobre
todo, propicia que se puedan
programar a largo plazo los
trabajos de forma totalmente
sostenible para el monte,
sostenibilidad que está seriamente
comprometida por el estado en
que se encuentran.
En la mayoría de estos montes la madera a extraer carece
completamente de valor. Normalmente se realiza la extracción del
árbol completo para
procesarlo de diversas formas
transformándolo en
astilla
para la planta. En la mayoría
de los casos lo que se extrae
del monte es astilla pues no
hay forma de valorizar mejor
los pies sacados. Al autofinanciar la ejecución de los trabajos y tener techos de precio en
planta terriblemente bajos, se
podría decir que “el reto está
servido”.
La actividad de producción
de biomasa para abastecimiento de planta de producción eléctrica es muy vertical
y se han de integrar la mayor
parte de fases del proceso para
conseguir
reducir los costes.
Se hace fundamental tomar
unidades de gestión amplias.
Esta actividad no suele poder
autofinanciarse en aprovechamientos pequeños puesto
que el simple hecho del desplazamiento de la maquinaria necesaria grava enormemente las
toneladas extraídas.
En nuestro caso, el equipo
técnico que elabora el documento de gestión del monte
y decide la idoneidad de los
trabajos es, invariablemente,
el mismo que dirige y ejecuta
los mismos. Las unidades gestionadas no suelen ser menores
a las 300 has para poder establecer un programa de trabajo
optimizado de varios años.
Hay que tener en cuenta que
en este tipo de montes solo estamos realizando claras bajas,
clareos y cortas de sanidad
y policía y, por tanto, no se
suele extraer más de 15 t/ha
de
biomasa.